Modo de preparación
Cocer las patatas durante 25 minutos en agua ligeramente salada. Deben estar suaves, pero no demasiado cocidos. Retirar del agua y dejar enfriar.
Picar finamente la cebolla y sofreírla en mantequilla y aceite de oliva a fuego moderado. Durante este tiempo, pela los champiñones y córtalos en cubos pequeños.
Cuando la cebolla esté tierna, añadir una cucharada de azúcar y dejar que se caramelice ligeramente. Esto le dará un toque maravilloso al relleno.
Agregar los champiñones y cocinarlo también por unos minutos, luego echar la nata y los quesitos en trozos. Remover hasta que el queso espese y se derrita por completo y sazonar con sal, tomillo y pimienta.
Cortar las patatas por la mitad y ahuecarlas como botes en los que pondremos el relleno. La parte de la papa separada en el interior se puede agregar triturada al relleno si lo desea.
A veces hago lo siguiente: pongo una cucharada de mantequilla, vierto la leche poco a poco y mezclo hasta obtener una crema de patata. Condimentar con sal y pimienta. Cuando se agrega al relleno, le da más cremosidad y espesor.
Precalentar el horno a 180 grados.
Rellenar los botes de patata con la mezcla y disponer en un molde engrasado. Hornear durante unos 15 minutos o hasta que se forme una costra en la parte superior.
Retirar la bandeja con las patatas rellenas apetitosas, espolvorear con queso Gouda rallado (del más tierno, no curado). Volver a meter al horno para gratinar.
Servir las deliciosas patatas rellenas de champiñones y quesitos con una guarnición de ensalada fresca o solas como aperitivo.
¡Buen provecho!