Modo de preparación
Tamizar la harina en un bol y corta la mantequilla en cubitos. Debe estar firme, recién sacada del refrigerador. Comience a frotar la harina con los dedos hasta que se formen migas.
Batir el huevo con el azúcar, la miel, el coñac, azúcar de vainilla y sal. Vierta esta mezcla sobre las migas de mantequilla junto con el jengibre, la canela, la nuez moscada, el polvo de hornear y el clavo. Amasar con los dedos una masa suave y lisa que no se pegue, espolvoreando un poco de harina hasta que deje de pegarse.
Forme una bola, envuélvala en film transparente y refrigere durante 30-40 minutos para que se endurezca, luego extiéndala sobre una superficie enharinada hasta obtener una costra de unos 3 mm de grosor.
Recorta las galletas con moldes y colócalas a poca distancia unas de otras en la bandeja del horno cubierta con papel de hornear.
No todas caben, por lo que deberá hornear en dos tandas. Después de cortar la primera bandeja de galletas, hay que volver a hacer una bola con la masa, envolverla y guardarla en el frigorífico, porque se habrá ablandado. Cuando la primera bandeja esté horneada, estará lista, por lo que puedes cortar fácilmente el resto de las galletas para la segunda bandeja.
Hornear a 200 grados durante 10 minutos. Tan pronto como las saque del horno, no toque las galletas durante 3-4 minutos, porque aún están calientes y suaves, pueden romperse.
¡Muy ricas y con un aroma irresistible!
¡Buen provecho!