Modo de preparación
Vierta la harina en un bol y haga un hueco en el medio. Vierta dentro la leche ligeramente tibia.
Disuelva en ella la levadura y el azúcar y déjela así hasta que se formen burbujas en la superficie (no hay que esperar mucho).
Revuelva con una espátula y si la mezcla es demasiado delgada, agregue un poco más de harina. La masa debe ser muy suave y pegajosa, pero debe comenzar a separarse de los lados del bol.
Cubra con un paño de cocina y deje reposar durante 20 minutos.
Pasado este tiempo, añada el requesón, una cucharada de aceite y la sal y vuelva a mezclar muy bien.
Cubra la masa terminada y espere a que suba y duplique su volumen durante unos 50 minutos o 1 hora, dependiendo de la temperatura de la habitación.
Caliente el aceite a nivel de calor 7-8 de 9 posibles. Con dos cucharas engrasadas, saque de la masa, formando buñuelos aproximadamente redondos y colóquelos en el aceite caliente. Los bollos no deben ser demasiado grandes para freírlos bien por dentro. Si se queman rápidamente, baje el fuego un poco.
Fríe hasta que estén doradas y retire sobre papel de cocina que absorba la grasa.
Sirva los buñuelos de requesón con queso o mermelada. ¡Son increíblemente sabrosos, suaves y esponjosos!