Modo de preparación
Las nueces se muelen o se cortan en trozos pequeños. Opcionalmente se pueden combinar con pistacho en una proporción de 50/50.
Las hojas de pasta filo se cortan según la forma de la bandeja, y también se guardan los restos. Mi bandeja es cuadrada con unas dimensiones de 25/25 cm.
Se engrasa la bandeja con mantequilla derretida y se disponen las hojas y los recortes de modo que encajen en la bandeja/molde, untándo cada una abundantemente con mantequilla, y esparciendo las nueces sobre cada segunda hoja de masa.
Las últimas 3 capas de masa filo se untan solo con mantequilla.
El baklava se corta en triángulos o romboides y las en hendiduras se echa más mantequilla (si queda algo).
El baklava se hornea en un horno precalentado a 160 grados hasta que esté bien dorada. Para secarlo bien, a veces bajo el horno a 145 grados y horneo un poco más, pero esto me ahorra 2-3 días más tarde en el proceso de secado.
Deje que el baklava horneado se enfríe bien durante al menos 3-4 horas. No se tapa para que no se ablande. Si ha sido horneado a fuego más fuerte, déjalo al menos 1 día para que se seque bien.
El almíbar se prepara hirviendo el azúcar con agua y la piel de limón durante unos 8-10 minutos a fuego fuerte. Se añade el jugo de limón, el azúcar de vainilla y se retira la piel del cítrico.
El baklava navideño frío se cubre uniformemente con el almíbar caliente y se deja remojar bien durante la noche, y después de enfriarlo se guarda en el refrigerador.
En casa nos encanta el baklava para Navidad muy jugoso, bien almibarado y al mismo tiempo crujiente.
¡Felices fiestas y buen provecho!