Modo de preparación
Corta los calabacines en rodajas de unos 0.5 cm de grosor. Utilicé calabacines jóvenes sin pelar.
Espolvoréelos con sal y colóquelos en un colador para que se escurran durante 30-40 minutos.
A continuación, engrase la bandeja de hornear con un poco de aceite y disponga los calabacines, superponiéndolos ligeramente.
Prepare la cobertura para el gratinado batiendo los huevos con una pizca de sal.
Agregue la crema agria, el ajo, el eneldo y el perejil, finamente picados, y sazone con un poco de pimienta negra recién molida.
Desmenuzar el queso y agregarlo también.
Coloque lonchas de queso cheddar sobre el calabacín y vierta la mezcla preparada.
Hornea el gratinado en un horno precalentado a 180 °C durante aproximadamente 45-50 minutos.
El gratinado de calabacín y queso cheddar es una cena de verano maravillosa y ligera para servir con una ensalada de tomates.
¡Buen provecho!