Modo de preparación
Tamizamos la harina en un bol. Agregamos media cucharadita de sal, 1 cucharadita. azúcar, unas gotas de jugo de limón y 1 cucharadita de extracto de vainilla.
Incorporamos unos 200 ml de agua tibia y amasamos la masa hasta que quede suave.
Dividimos la masa en 8 bolas pequeñas y uniformes. Las colocamos sobre un paño limpio enharinado, tapamos y dejamos reposar por 30 minutos.
Mientras tanto, preparamos el relleno para los strudels. Comenzamos con la calabaza primero porque necesitará enfriarse antes de poder usarla. La rallamos en un rallador grueso.
Derretimos una nuez de mantequilla en una cacerola. Ponemos la calabaza rallada, una cucharadita de canela y 2-3 cucharadas de azúcar moreno. Tapamos la cacerola y cocinamos a fuego lento durante 10 minutos, luego dejamos enfriar.
Rallamos las manzanas. Vertimos sobre ellas el jugo de un limón, sazonamos con 1 cucharadita de canela y endulzamos con 3 cdas de azúcar moreno.
Mezclamos bien los productos.
Ponemos el aceite de girasol en un tazón.
Sumergimos las bolitas de masa una por una, extiéndalas lo más finas posible y espolvoreamos con ambos rellenos. Repartimos las nueces picadas en trozos grandes.
Enrollamos los pasteles en rollos pequeños. Los colocamos en una bandeja forrada con papel de hornear.
Horneamos los strudels de calabaza a 180°C en un horno precalentado hasta que estén bien dorados.
¡Espolvoreamos los strudels de calabaza y manzana generosamente con azúcar en polvo!
¡Buen provecho!