Modo de preparación
Calentar ligeramente la leche y el azúcar, derretir en ellos la mitad de la mantequilla y disolver la levadura. La temperatura no debe exceder la temperatura corporal - 37 grados.
Sin esperar a que la levadura haga espuma, añadir los dos huevos, ligeramente batidos, a la mezcla.
Tamizar la harina y la sal en la mezcla líquida y amasar la masa, agregando la harina poco a poco, hasta que comience a separarse de los lados del tazón. Puede trabajar con una batidora de pie con ganchos para masa para que sea más fácil y menos pegajosa. En el proceso de amasado (alrededor de 7-10 minutos), agregar un poco de la mantequilla restante, derretida si trabaja a mano, o blanda (a temperatura ambiente) si trabaja con una batidora con los accesorios adecuados.
Dejar que la masa suba durante 1 hora, tal vez un poco más. Debe triplicar su volumen y los enlaces de gluten deben ser visibles en forma de hilos.
Estirar una fina costra sobre una superficie enharinada y cortar en tiras de unos 2.5-3 cm de grosor.
Cortar el queso en palitos largos, del grosor que quieras, para que sean el relleno de cada bollo. Envolver una tira de masa alrededor de cada barra de queso, superponiéndola con cada rollo y sellando bien los extremos para evitar que el queso se escape.
Disponer los bollos de queso en una bandeja a distancia unos de otros y dejarlos en un horno precalentado a 40 grados durante 40 minutos.
Sacar los bollos inflados y subir el horno a 180 grados. Durante este tiempo, pincelar los bollos con la yema batida con un poco de agua y espolvorear generosamente con queso rallado.
Meter en el horno y hornear hasta que se pongan dorados - aproximadamente 30 minutos.
¡Buen provecho!