Modo de preparación
Horno - 180ºC; Molde desmontable - 24-26 cm de diámetro.
Pelar las manzanas y cortarlas en rodajas de unos 3 mm. Espolvorear con jugo de medio limón, canela y maicena. Échalos en el bol para que no se aplasten, no los revuelvas con una cuchara.
Combinar la harina, el polvo de hornear y la sal en un bol.
Batir la mantequilla y el azúcar con una batidora hasta que quede blanca y cremosa. Añadir las yemas de huevo una a una, luego la nata, la vainilla y la ralladura de limón. Batir hasta que la mezcla quede esponjosa.
Agregar la mezcla de harina a la de mantequilla poco a poco batiendo continuamente. La masa es pesada.
Verter la masa en el molde engrasado, alisar y distribuir las manzanas por encima, arreglando ligeramente la capa superior.
La tarta de manzana se hornea a 180 grados durante unos 30-35 minutos.
MERENGUE:
Montar las claras de huevo con una batidora y agregar el azúcar en porciones. Batir hasta que queden esponjosos y pesados. La clara de huevo no debe caerse de los batidores.
Sacar el bizcocho del horno y cúbrelo con merengue. Con una cuchara invertida, se le da la forma deseada. Volver a colocarlo en el horno caliente solo con calor superior y la rejilla más alta y hornear durante aproximadamente 3 a 5 minutos. Debe controlarse para que no se queme, sino que se vuelva agradablemente dorado por encima.
Dejar enfriar completamente y cortar en trozos.
La tarta de manzana con merengue es muy rica.
Nota: Este bizcocho se puede hacer con cualquier tipo de fruta, albaricoques, melocotones, peras a gusto, según la temporada. Las manzanas tienen una textura maravillosa, pero si te gustan aún más blandas, puedes ponerlas previamente al fuego con un poco de mantequilla, azúcar y canela para que queden cremosas.
Los prefiero así para que se sienta su textura crujiente. Un hermoso pastel de verano que me encanta comer con una taza de café.