Modo de preparación
Lave y limpie las espinacas, cortando no todo el tallo de la hoja, sino solo la raíz fangosa. Es importante cocer los tallos, porque en ellos se encuentra el jugo más valioso, además, son frágiles y dan un sabor perfecto al plato.
Después de limpiar, colóquelas en una olla profunda con agua y escalde hasta que los tallos y las hojas estén suaves. Cuando ya estén escaldadas, sacarlas con una espumadera y ponerlas en una bandeja.
Triture la cebolla o pícala finamente, si estás cocinando con cebollín verde simplemente pícalo (puede ser grueso) y agrégalo a la sartén.
Añade todos los demás ingredientes y mézclalos muy bien para que se combine todo perfectamente.
Hornee el gratinado a 250 grados en el horno hasta que obtenga una costra dorada. ¡Buen provecho!