Modo de preparación
Prepare primero la base de galletas. Triture las galletas en un procesador de alimentos y mézclalas con la mantequilla, agregando poco a poco, hasta que las migas se humedezcan lo suficiente. Esto es necesario, porque la crema en sí misma, con la que se pegan, también proporciona algo de humedad y no debe exagerarse con la mantequilla.
Vierta la mezcla de galletas en una bandeja con fondo desmontable forrada con papel para hornear. Presione con el dorso de una cuchara hasta que la masa esté suave y firme. Refrigera hasta que hagas la mezcla de cheesecake.
Calienta la leche con el azúcar a fuego moderado sin dejar que hierva. Cuando el azúcar se derrita, agregue el queso crema y bata bien. Por último, añada el puré de calabaza y mezcle. Si la calabaza es muy dulce, se puede reducir el azúcar.
Retire del fuego y, si lo desea, agregue piel de naranja finamente rallada o un poco de canela para darle más sabor. Tenga en cuenta que la ralladura de naranja en particular cambiará mucho el sabor de la Tarta de queso con calabaza.
Hidrata la gelatina en agua fría y póngala en la crema, removiendo muy bien. La mezcla de queso debe estar caliente para derretir la gelatina, pero no es bueno que esté hirviendo porque neutralizaría sus propiedades gelificantes.
Si lo desea, derrita un poco de chocolate negro y extiéndalo sobre la base de galletas para formar una fina capa protectora y mantener la base crujiente. Cuando se endurezca, vierta la mezcla de queso, ya enfriada, pero aún líquida.
Cubra el pastel de calabaza con film transparente y refrigere para que cuaje, preferiblemente durante la noche.
Antes de desmoldar, pasar un cuchillo húmedo por las paredes.
Adorne el magnífico cheesecake de calabaza con virutas de chocolate negro y sirva.
¡Buen provecho!