Modo de preparación
Para medir, utilizo un vaso con una capacidad de 250 ml.
Pongo los huevos, la vainilla, el azúcar, la sal y la ralladura de limón en un recipiente hondo. Los mezclé con una batidora hasta que triplicaron su volumen.
En un chorrito fino y sin dejar de remover, añadí el aceite y luego el yogur con la soda bien revuelta. Ya sin batidora, comencé a agregar la harina tamizada, que puede variar hasta en 30 gramos. Bajo ninguna circunstancia se debe agregar demasiada harina, porque las galletas se pondrán duras. La masa permanece en el recipiente y debe estar un poco más pegajosa.
Cubrí la bandeja del horno con papel vegetal. Usé una cuchara pequeña para tomar la mezcla y con las palmas de mis manos formé bolitas, las cuales coloqué a distancia en ella. Puedes enharinar ligeramente tus manos si las bolas son difíciles de formar.
Cuando la bandeja estuvo llena, pinté las bolas con la yema reservada, que mezclé con 2 cucharadas de leche. Espolvoreé con azúcar.
Puse las galletas retro en un horno a 170ºC durante unos 18 minutos o hasta que quedaron ligeramente doradas.
Las galletas no se deben tostar para que no se endurezcan. Si están doradas en los bordes, entonces están listas.
Inmediatamente puse las galletas horneadas en un bol grande que cubrí con una tapa para que ablanden.
Horneé dos tandas más de esta manera.
Están ricas tanto frías como calientes. ¡Las galletas azucaradas de la abuela están maravillosas!
¡Disfrutar!