Modo de preparación
Calentar muy ligeramente la leche y disolver en ella una cucharada de azúcar, un poco de harina y la levadura. Cubrir la mezcla resultante con un paño y dejarla reposar durante 7-8 minutos.
En un bol, tamizar la harina dos veces y hacer un hueco. Batir el huevo con el azúcar y la manteca derretida y verter en el pozo, junto con la levadura activada.
Amasar una masa suave y elástica, añadiendo harina si es necesario, pero sin exagerar, para que quede aireada y suave, no dura. Dejar reposar durante 1 hora o hasta que duplique su volumen.
A continuación, estirar la masa hasta obtener un disco no muy fino y untar con manteca. Recortar discos de 10 cm de diámetro y rellenar con crema de chocolate. Luego puedes cerrar bien doblándolo y hacer un bollo redondo, o puedes enrollarlo formando un caracol.
Los bollos ya preparados se dejan leudar de nuevo hasta que dupliquen su volumen.
Calentar una sartén profunda antiadherente a fuego bajo a medio y coloca los bollos adentro, dejando espacio entre cada uno. Tapar con una tapa y reducir el fuego uno o dos puntos, dejar así durante 8-10 minutos. Después de que se hayan horneado por un lado, darles la vuelta con cuidado por el otro lado durante el mismo tiempo sin presionarlos para que no se caigan. Cubrir inmediatamente.
Una vez que tenga un bonito bronceado por ambos lados, voltee los bollos una vez más durante uno o dos minutos para que terminen de dorarse.
Después de sacarlos de la sartén, untar inmediatamente cada uno con miel para obtener más dulzura y brillo.
Consumir calientes o ya fríos. ¡Estos bollos son un festín para los sentidos y el comienzo perfecto del día!
¡Disfrutar! Los bollos de chocolate a la sartén están listos para servir.