Modo de preparación
Horno - 175 grados.
Molde de tarta - 35x11 cm, con fondo extraible.
Ponemos la harina en un bol junto con la mantequilla en trozos, la yema de huevo, el azúcar y la piel de limón finamente rallada. Frotamos con las manos hasta que se formen migas.
Transferimos la mezcla al molde preparado y presionamos con el dorso de una cuchara para formar una base compacta con los bordes levantados.
Colocamos en el horno precalentado a 175 grados por no más de 12 a 15 minutos.
Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo.
En un bol mezclamos el mascarpone, el azúcar glass (según la receta es mucho más, pero yo lo reduje drásticamente porque lleva leche condensada endulzada). Mezclamos con una espátula.
Agregamos la leche condensada y mezclamos bien hasta que la crema esté uniforme.
Despues de que la masa de la crostata se haya enfriado, vertemos la crema de mascarpone, la extendemos uniformemente y nivelamos con la espátula. Como la base es un poco rígida no queda bien adherida y cuesta un poco repartir la crema, pero con un cuchillo o espátula pequeña y un poco de paciencia sale bien.
Cubrimos la crostata de fruta fresca con las frutas del bosque y decoramos con menta fresca.