Modo de preparación
Batimos los huevos con el azúcar y una pizca de sal hasta obtener una crema esponjosa. Agregamos poco a poco la leche y el aceite de oliva.
Tamizamos la harina con la levadura directamente en el bol con la mezcla esponjosa y batimos con velocidad muy baja hasta que la harina se integre por completo y conseguimos una masa de bizcocho homogénea.
Rallamos la piel de medio limón (sin nada de partes blancas). Mezclamos ligeramente y guardamos el bol en la nevera durante 10 minutos o hasta que el horno se caliente a 200 grados de temperatura.
Distribuimos la masa en moldes para magdalenas o muffins, llenando 3/4 de la capacidad de los moldes. Espolvoreamos con azúcar.
Introducimos en el horno precalentado y horneamos durante 15-20 minutos o hasta que estén doradas.
El cambio brusco de la temperatura hará que las magdalenas formen un pico típico para estos bizcochitos. Por lo tanto, es importante que la masa se enfríe previamente, y que el horno esté bien caliente.
Una vez listas, las dejamos dentro del horno durante 5 minutos con la puerta medio abierta.
Fáciles, deliciosas y rápidas son las magdalenas de mi abuela.
¡Buen Provecho!