Modo de preparación
Separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve. Agregamos poco a poco las yemas, batidas con el azúcar y luego incorporamos la harina tamizada.
Dividimos la masa de bizcocho en tres partes iguales, vertemos en moldes y horneamos las bases a 180 grados.
Dejamos enfriar las bases de bizcocho y, mineras tanto, preparamos la crema para la tarta. Primeramente, hacemos un almíbar hirviendo el agua con el azúcar y la vainilla. Una vez que espese, dividimos en dos partes y esperamos a que se enfríe. En un bol, batimos la mantequilla blanda con la mitad del almíbar de azúcar. Opcionalmente podemos agregar un poco de mermelada a la crema de mantequilla.
Hidratamos la gelatina con un poco de agua fría y luego la derretimos, calentandola al baño maría. Mezclamos la gelatina preparada con el almíbar restante.
Continuamos con montar la tarta. Untamos cada uno de los bizcochos base con la crema, dejando una parte de ella para decorar los laterales. Ponemos las frutas encima del pastel y cubrimos con el almíbar de gelatina.
Guardamos la tarta de gelatina en el frigorífico por unas horas.
Una vez que esté lista y bien cuajada, desmoldamos con cuidado y untamos los laterales con la crema restante.