Modo de preparación
Pela las fresas y hazlas puré con una licuadora. No es necesario que se conviertan en una papilla muy fina, puede haber piezas pequeñas.
Vierta las fresas molidas con el azúcar (200 g) y el jugo de limón en una cacerola y cocine durante 10 minutos a fuego lento o moderado (que no exceda los 100 grados).
Deje que la mermelada de fresa terminada se enfríe durante 2-3 minutos, durante los cuales remoje las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Cuando esté lista, escúrrela bien, ponla junto a las fresas y mezcla bien. Deje que la mezcla se enfríe.
Mientras tanto, prepare la base de bezcocho: bata los huevos con el azúcar y una pizca de sal hasta obtener una espuma espesa y esponjosa. Deben ponerse bien blancos. Vierta la harina con el polvo de hornear y mezcle hasta obtener una masa homogénea.
Vierta la mezcla en un molde desmontable, engrasado y enharinado - 22-24 cm de diámetro. Hornee durante 10-12 minutos a 180 grados o hasta que esté ligeramente dorado (comprobar con un palillo de madera).
Cuando tanto el bizcocho base como la mermelada de fresa se hayan enfriado, bate la nata hasta obtener una crema esponjosa. No debes excederte con batir demasiado para que no se corte. Una vez que se vuelve espesa y cremosa, está listo.
Mezclar la fresa con la mezcla de nata con movimientos suaves y verter sobre la base.
Dejar en el frigorífico toda la noche para que cuaje bien. Si no quieres esperar tanto, puedes meter la tarta en el congelador por lo menos tres horas y comer el pastel de fresas bien frío, tipo Semifreddo .
Una tarta maravillosa con fresas y nata , deliciosa y esponjosa en todos los sentidos. Lo más importante, es fácil y sencilla de preparar, con pocos ingredientes y resultados sorprendentes.
¡Buen provecho!