Modo de preparación
Para las albóndigas, picar la cebolla y el ajo y saltearlos en aceite de oliva durante 4 minutos a fuego medio. Verter el pan rallado y el vino blanco y remover intensamente durante 1-2 minutos hasta obtener una pasta.
Verter la pasta en un bol y mezclar con la carne picada, el comino, la pimienta negra y la sal. Amasar bien y formar 14 albóndigas mojando las manos para que sea más fácil. La forma clásica para que tu plato sea auténtico es que las albóndigas sean oblongas con extremos ligeramente puntiagudos que se asemejan a un limón.
Pasar las albóndigas por harina sin formar capas gruesas y disponerlas en una fuente engrasada. Hornear a 200 grados hasta que se doren un poco.
Mientras tanto, preparar la salsa calentando el aceite de oliva y el puré de tomate. Tan pronto como hierva, vierta el concentrado de tomate, el vino blanco, la sal y las especias. Cocinar durante 5 minutos a fuego alto y verter el agua. Reducir el fuego a medio y cocinar por otros 25 minutos con la tapa puesta.
Remojar el arroz en agua fría durante 20 minutos. Lavar bien del almidón y cocinar al dente. La proporción de arroz a líquido depende del tipo que uses, generalmente 1:2.5 (o 3). Mezclar el arroz cocido con un poco de salsa de tomate cuando esté listo. Salar y sazonar a tu gusto.
Verter la salsa sobre las albóndigas terminadas y dejarlas reposar durante unos minutos.
Servir las albóndigas griegas, colocando uno o dos bolas de arroz en cada porción.
¡Buen provecho!