Modo de preparación
Se prepara una especie de tempura con claras de huevo batidas, agua y harina con una pizca de sal. La papilla debe quedar espesa, pero no demasiado.
El empanado se deja en el frigorífico para que esté bien frío a la hora de utilizarlo.
El calabacín se lava y se corta en rodajas o tiras muy finas, casi translúcidas. Para hacerlas uniformes, es bueno usar una máquina o un dispositivo de corte especial, ya que la mano humana no es tan precisa.
El aceite se calienta bien a fuego moderado o alto, en mi caso un grado por debajo del máximo.
El empanado muy frío se saca del refrigerador y, si se ha espesado, se le coloca un cubito de hielo; esto lo mantendrá frío y lo diluirá al mismo tiempo.
Si haces el doble, el tiempo de fritura será más largo, por lo que en este caso, pon el bol en agua con cubitos de hielo para evitar que se caliente.
Los calabacines se sumergen en la tempura y se dejan caer en el aceite caliente, se fríen hasta que estén dorados. El empanado es ligeramente crujiente y la verdura del interior permanece suave.
El calabacín rebozado se retira sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. No se colocan en montones para que el empanado no se ablande.
La salsa se prepara mezclando bien todos los productos indicados para ella. Se añade el ajo machacado o rallado hasta formar una pasta, quitando el germen del medio para que no quede demasiado fuerte y picante.
Los calabacines en tempura de clara de huevo se sirven inmediatamente, acompañadas de la salsa. ¡Buen provecho!