Modo de preparación
Para la base de tarta poner todos los ingredientes en una licuadora y dejar que se trituren y se mezclen bien. Distribuir la mezcla resultante en una bandeja cubierta con papel de horno, el papel debe ser abundantemente engrasado. La bandeja o el molde debe ser redondo de 24 mm de diámetro o rectangular de 18/28 aproximadamente.
Aplane la base presionando con el dorso de una cuchara, luego refrigere hasta que prepare todo lo demás.
Para el almíbar, usar nuevamente la licuadora, triturando las fresas. Añádeles jugo de limón, azúcar y agua y cocina durante 8 minutos a fuego moderado. Dejar enfriar.
Prepare la mezcla principal para el pastel vertiendo el azúcar y la ralladura de limón en la licuadora lavada y bien seca. Encienda la velocidad alta para moler hasta obtener un polvo fino de azúcar y limón.
Separar las claras de las yemas de los tres huevos. Montar las claras de huevo con 30 g de azúcar glas de limón y reservar.
Batir el azúcar restante junto con la mantequilla por separado hasta obtener una crema esponjosa. Agregar las yemas de una en una, luego el queso ricotta, finalmente la harina, la levadura y la canela, todo sin dejar de batir.
A la mezcla de queso preparada, agregue la nieve esponjosa de claras de limón en partes y con una espátula o una cuchara de madera, mezcle con cuidado hasta que se integren, con cuidado de que no se caigan.
Vierta la mitad de la mezcla sobre la base y vierta un poco del jarabe de fresa espeso por encima, luego cubra con la otra mitad.
Hornee el pastel en horno precalentado a 160 grados en la posición de rejilla más baja durante 45 minutos. A continuación, apaga el horno y deja la tarta dentro durante 1 hora.
Una vez fuera del horno, verter el sirope restante sobre el pastel de frutas. Puede dejar parte de él para la hora de servir. Adorne con fresas frescas en rodajas finas y hojas de menta fresca. Cuando esté completamente frío, refrigere el pastel de queso durante 2-3 horas.
¡Muy rico!
La tarta de queso con fresas y ricotta está lista para servir.