Modo de preparación
Remoja los dátiles en agua caliente y déjalos reposar durante 10 minutos.
Luego escúrralos bien y póngalos en una licuadora junto con los anacardos, la harina de algarroba y la avena.
Molerlos en pulsos cortos. No es necesario que estén finamente molidos.
Distribuya la mezcla pegajosa resultante uniformemente en un molde de tarta con un diámetro de 20 cm, formando también un pequeño borde. Coloque una hoja de papel para hornear en la parte inferior del molde.
Mete la base de tarta en la nevera durante 30 minutos, tiempo durante el cual preparamos la capa de fruta, que será el relleno de la tarta.
Usé frutos rojos congelados que herví junto con 2-3 cucharadas de agua y la estevia a fuego lento durante unos minutos hasta que el agua se evaporó y los frutos rojos soltaron sus aromas.
Luego agrega la chía, revuelve y deja enfriar.
Extiende esta mezcla sobre la base de tarta y vuelve a llevar a la nevera durante al menos 5-6 horas. Durante este tiempo, la chía se hinchará y se convertirá en algo como gelatina de fruta.
Dejé la tarta en la nevera toda la noche y por la mañana preparé el glaseado.
El glaseado en sí es muy fácil de preparar.
Calentar la nata hasta el punto de ebullición, retirar del fuego y añadir el chocolate partido en trocitos pequeños. Espere un minuto, luego revuelva hasta que el chocolate se derrita por completo y tenga un ganache suave.
Distribuye uniformemente el glaseado de tarta, decore con más fruta fresca y regrese al refrigerador por una hora más.
¡Buen provecho con mi tarta de chocolate con algarroba y frutas del bosque!