Modo de preparación
Tamiza la harina con la levadura en un bol.
En otro bol, bate continuamente los huevos con el azúcar al baño maría hasta que quede una mezcla espesa, de color blanco cremoso y esponjosa. Agregue el aceite, el jugo de limón y la nata en un hilo fino y continúe batiendo (aquí no es necesario el baño maría).
Ralle la piel de limón, vierta la harina en partes y, si lo desea, puede tamizarla por segunda vez directamente a la mezcla. Remueve con una cuchara de madera y con movimientos suaves.
Debería obtener una mezcla esponjosa similar a la miel más espesa.
Distribuya en moldes para muffins cubiertos con cápsulas de papel o de silicona.
Rellena 3/4 del volumen de los moldes.
Deje reposar durante 10 minutos, tiempo durante el cual encienda el horno a precalentar hasta 230 grados sin ventilador. Espolvorea las magdalenas con azúcar de cristal.
Ponga las magdalenas a hornear y reduzca los grados a 200-210.
Hornee durante 13-15 minutos o hasta que estén hinchadas y bien doradas.
Una vez hecho esto, retire los muffins de los moldes y déjelos enfriar sobre una rejilla.
Las magdalenas de nata están listas.