Modo de preparación
Cortar los calabacines en tiras finas a lo largo (de unos 10-11 cm de largo), yo uso un cortador fino para esto, ya que la mano humana no es lo suficientemente precisa para hacer las lonchas del mismo grosor.
Dorar las láminas de calabacín en una sartén con un poco de aceite de oliva y sal hasta que se doren ligeramente por ambos lados.
Coger dos cuencos pequeños con un diámetro de unos 12 cm (en mi caso, ligeramente ahusados hacia la base). Coloca un trozo de film transparente en cada uno de los cuencos para que se pegue y sobresalga parte.
Disponer las tiras de calabacín superponiéndolas muy ligeramente y dejando que algunas salgan del bol. Como son finas, puedes hacerlas en dos capas.
Cortar el queso o queso tierno en un círculo de diámetro ligeramente menor que el de la base del plato. Colocar en cada bol el queso y una cucharada de Pesto Rosso encima. Hay recetas en los enlaces dados, por eso no le di más y no necesitamos una gran cantidad.
Si te sobra calabacín, ponlo encima del queso y dobla los bordes de los que pusimos de base.
Retire cada timbal tirando de los bordes del film transparente y presionándolo y dándole nueva forma.
Precalentar el horno a 200 grados. En un bandeja colocar los dos timbales, quitándoles el plástico envoltorio. Espolvorear con un poco de queso rallado grueso Grana Padano y hornea hasta que se derrita y tenga una costra ligera. El queso del interior también se ablandará y quedará precioso.
Cuando saques el timbal de calabacín con pesto del horno, espolvorea con el resto de Grana Padano, decora con albahaca fresca y, opcionalmente, con más pesto.
¡Buen provecho!
