Modo de preparación
Es mejor hacerlos con hojaldre frío porque la masa es fina y con ella estos hojaldres esponjosos son más fáciles de comer para los niños. Además viene envuelto con papel de horno que yo uso y me resulta muy práctico.
Saco el paquete del frigorífico al menos 5 minutos antes, para que la masa se relaje un poco a temperatura ambiente, para que no se rompa al desplegar y las bolas de masa sean más fáciles de formar.
Primero enciendo el horno a calentar a 220-230 grados mientras los preparo, porque debe estar bien caliente desde el principio a la hora de hornear el hojaldre.
Corté la masa en rectángulos como se muestra en la imagen (normalmente me alcanzan con 12 piezas). Extiendo la mitad de cada pieza finamente con pasta de aceituna. La pasta de aceitunas puede ser bastante salada, así que tenga cuidado y en este caso extiéndala más fina.
Yo tomo la pasta de aceitunas Calamon, pero si lo deseas también se puede hacer con aceitunas negras o verdes, todo es cuestión de gustos.
Espolvoreo queso finamente rallado sobre la pasta de aceitunas.
Cierro con cuidado los hojaldres, presiono ligeramente los bordes y los coloco en una bandeja. Dejo al menos 1/2 cm de espacio entre ellos para que no se peguen al hornear.
Los espolvoreo ligeramente con sal y especias y los horneo durante unos 10 minutos a nivel medio hasta que adquieran un bonito color dorado.
Después de sacar del horno, lo más difícil es conservar la los hojaldres con pasta de aceitunas y queso durante al menos los próximos 10 minutos hasta que se enfríen, porque mis glotones los atan enseguida :-)