Modo de preparación
Separamos las yemas de las claras. Montamos las claras al punto de nieve, junto con las dos gotas de vinagre. Los dejamos a un lado.
En otro bol, batimos las yemas con el azúcar hasta obtener una crema esponjosa. Añadimos las claras montadas y mezclamos a mano con movimientos envolventes.
Tamizamos la harina e incorporamos a la mezcla, revolviendo con suavidad. Finalmente, ponemos la vainilla, la levadura y el zumo de limón. Mezclamos bien.
A continuación, repartimos la mezcla en dos moldes iguales forrados con papel de hornear (si no tienes dos moldes iguales, hornee las bases de bizcocho uno tras otro).
Horneamos a 200 grados durante 12 minutos. Dejamos que se enfríen y retiramos el papel.
Montamos la nata. Mezclamos el mascarpone con el azúcar glass y la vainilla y añadimos a la nata. Guardamos en el frigorífico durante un rato.
En un molde para tarta adecuado, ponemos una plancha de bizcocho base y untamos con un poco de la mermelada de frambuesas. Vertemos aproximadamente 1/3 de la crema y extendemos uniformemente. Colocamos la segunda base y untamos con la mitad de la crema restante.
Mezclamos la gelatina con 1 cucharada de agua, dejamos que se hidrate y calentamos brevemente para diluirla. Vertemos sobre la mermelada de frambuesas restante, revolvemos y extendemos sobre la tarta de nata , dejando libres 2 cm de los bordes.
Decoramos con la crema restante, formando rosas o figuritas según nuestra imaginación.
Ponemos la tarta de mascarpone y gelatina de frambuesa durante 5-6 horas en el frigorífico para que se asiente y quede firme.
Cortamos en porciones y servimos.