Modo de preparación
Pelar, limpiar y trocear las manzanas. Espolvoree con el azúcar y la ralladura de limón y coloque a fuego moderado durante 30 minutos, revolviendo con frecuencia.
Si lo desea, agregue canela o más azúcar, ya que depende de la dulzura de las manzanas que esté usando.
Deje que las manzanas blandas y ligeramente caramelizadas se enfríen casi por completo y luego agregue la leche y el queso quark.
Triture hasta que quede perfectamente suave y vierta la mezcla en un recipiente apto para el congelador o máquina para hacer helados.
Guárdelo en el congelador hasta que el helado de manzana se endurezca, unas 5-6 horas o preferiblemente toda la noche.
En caso de no tener heladera, remover cada media hora al principio para evitar que se formen cristales grandes.
Si lo dejaste toda la noche, al día siguiente el helado estará bastante sólido, y para que quede cremoso, déjalo reposar un rato a temperatura ambiente o en el refrigerador, y luego tritura y muele en una licuadora. ¡El resultado será un helado de manzana muy rico y esponjoso!
Sirva el postre delicioso y fresco con fruta fresca y galletas trituradas.
¡Disfrutar!