Modo de preparación
Ponga una olla con agua al fuego. Llévela a ebullición y agregue 2 cucharadas de bicarbonato de sodio. Incorpore las avellanas y revuelva. Después de un tiempo, verás que sus pieles comienzan a despegarse.
Lava las avellanas en un colador con agua corriente, frotándolas con las manos para que se caigan las pieles restantes. Las avellanas ya peladas se secan ligeramente con papel de cocina.
Se ponen en una bandeja y se salan. Se meten en un horno precalentado a 150-160 grados y se hornean durante unos 10 minutos o un poco más, removiendo a menudo y finalmente degustándolos.