Modo de preparación
Lavamos y limpiamos las patatas. Las cortamos en dados medianos y colocamos en una bandeja (yo uso una rectangular para 6 porciones).
Echamos las patatas con el caldo de verduras (o agua), que debe cubrir las patatas un dedo por encima de su superficie.
Agregamos grasa vegetal, espolvoreamos con ajedrea picada (orégano) y sazonamos con sal y pimienta.
Mezclamos los ingredientes con cuidado, nivelando la superficie en la bandeja.
Horneamos en horno precalentado a 200 grados hasta que reduzca el líquido y las patatas se pongan doradas.
Previamente hemos rallado el queso en un rallador grueso. Sacamos la bandeja del horno y espolvoreamos sobre las patatas asadas.
También agregamos mantequilla, distribuyéndola uniformemente en cubos pequeños.
Volvemos a meter la bandeja al horno para que el queso se funda y penetre entre los dados de patata.
Preparamos el topping mezclando la leche, los huevos y la harina con una pizca de levadura química hasta conseguir una mezcla homogénea.
Yo uso una licuadora para hacerlo más rápido.
Vertemos sobre la moussaka sin carne y reduzcimos la temperatura del horno a 170 grados.
La cobertura se hinchará y el plato tomará la apariencia de un soufflé.
Cuando esté lista, no te apresures a sacar la moussaka del horno, para que no se caiga rápidamente.
Tan pronto como aparezca una costra dorada, apague el horno y deje la moussaka de patata durante otros 10-15 minutos.
Sirva el plato tibio, adornado con encurtidos y pimientos picantes.
También puedes servir la moussaka de patata como entrante o como guarnición para carnes asadas.