Modo de preparación
Mezclar la harina tamizada con la levadura, el azúcar y la sal en un bol.
Hacer un hueco en el medio y echar dentro el agua ligeramente tibia y el aceite de oliva. Cuanto más fuerte sea el aceite de oliva, más fragante será la focaccia.
Amasar una masa suave y no pegajosa y dejar leudar durante 1 hora en un lugar cálido o hasta que haya duplicado su volumen.
Formar una bola con la masa leudada, aplanar y estirar con los dedos engrasados directamente sobre papel de horno o molde engrasado - el molde rectangular que hay en todo horno es ideal.
Puedes hacer la focaccia en forma redonda o rectangular.
Con la yema de los dedos haz agujeros por toda su superficie, pero sin perforar la masa.
Dejar leudar una vez más durante 20 minutos dentro del horno a 40 grados.
Mientras tanto, prepare la cebolla cortándola en julianas finas y friéndola hasta que esté suave en la mantequilla y el aceite.
Extenderla sobre la focaccia de manera uniforme y espolvorear con sal gruesa en escamas.
Hornear en el horno precalentado a 180 grados hasta que esté dorada durante unos 25 minutos.
¡Buen provecho!