Modo de preparación
Cortar el ajo en rodajas finas y mezclar con la pimienta de cayena picada (también se puede utilizar otro tipo de guindilla seca picante)
Pelar las gambas y calentar 4 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Dejar caer las pieles y cabezas dentro con dos pizcas de sal y presione las cabezas con una cuchara u otro utensilio conveniente para liberar toda su esencia aromática: esta es la parte más valiosa y deliciosa de una gamba.
Cocinar hasta que adquieran un bonito color rojizo y echar el brandy. Una vez que se haya evaporado casi por completo, poner 270 ml de agua, cubrir con una tapa y cocinar durante 15 minutos a fuego medio-bajo.
Colar el caldo concentrado, presionando las pieles para que caiga la última gota de jugo. Tapar el recipiente para evitar que el aroma se escape mientras sigues el resto de los pasos.
Cocer la mafalda durante 9 minutos en agua con sal, escurrir y rociar con aceite de oliva para que no se pegue, aunque si la pasta es de buena calidad no debe pasar. Siempre lo hago, por si acaso.
Calentar el aceite de oliva restante en una sartén profunda, tipo wok o recipiente conveniente a fuego bajo a medio. Sofreír brevemente los ajos fileteados con el pimentón picante triturado. Cuando el ajo se dore bien, agregar el perejil y las gambas peladas. Revuelva brevemente y vierta la mitad del caldo concentrado.
Cocinar por 2 minutos, incorporar la pasta y mezclar bien, luego echar el resto del caldo. Pasado un minuto, retirar del fuego.
¡Atención!
Si sus gambas son muy pequeñas, no necesitarán tanto tratamiento térmico y es mejor quitarlas antes de echar el caldo y luego agregarlas al servir.
Servir caliente con una buena copa de vino blanco.
¡Buen provecho!