Modo de preparación
Para la masa, vierte en un bol la harina, el azúcar y la levadura. Mézclalos bien y corta la mantequilla fría en trozos.
Frote con los dedos hasta que los ingredientes secos se humedezcan y se formen migas mantecosas.
Casca los huevos en un bol y bátelos ligeramente. Mide 70 gramos de ellos y viértelos en la mantequilla molida. Reserva el huevo restante.
Amase la masa hasta que quede suave. Extiéndala en un molde más grande que el tamaño de la bandeja de tarta que usará. El mío es rectangular de aproximadamente 35/12 cm con fondo desmontable.
Cubra el molde con la masa, pegándola bien a los lados y al fondo. Coloque en el congelador durante 15 minutos.
Pinche la corteza de la tarta con un tenedor y póngala en el horno a 180°C durante 15 minutos o hasta que esté ligeramente dorada.
Mientras se hornea el bizcocho, hacer la crema. Para ello, calienta la leche condensada, el dulce de leche y la mitad de la leche normal a fuego medio/bajo.
Bate los huevos con la harina y la leche restante. Vierta un chorrito en la mezcla en la estufa y revuelva durante 8 minutos o hasta que la crema espese.
Viértala uniformemente sobre el pastel ya horneado.
Deja durante 1 hora para que la tarta se enfríe y la crema se asiente bien.
Luego prepare en el ganache de chocolate.
Calienta la nata a fuego bajo/moderado - 90 grados. Desmenuce el chocolate negro y revuelva hasta que se derrita y esté suave.
Vierta sobre la crema y alisar bien.
Una vez que el ganache de chocolate se haya enfriado y fraguado, refrigere la tarta hasta el momento de servir.
Justo antes de servir, espolvorea con virutas de chocolate blanco.
Una magnífica tarta de chocolate con crema de dulce de leche, apta para postre sofisticado o en compañía de una taza de buen café.
¡Buen provecho!