Modo de preparación
Pela y pica finamente la cebolla. Sofríela durante 7-8 minutos en el aceite con una pizca de sal.
Mientras tanto, pele y corte las patatas en pieles finas. Póngalas con la cebolla y cocínelas durante 15 minutos a fuego moderado.
Revuelva de vez en cuando sin preocuparse de que las patatas se rompan después de que se ablanden.
Escurra las verduras de la grasa, reservando el aceite si lo desea.
Bate los dos huevos con una pizca de sal.
Cuando las patatas se hayan enfriado un poco durante 4-5 minutos, vierta los huevos, desmenuce el queso y sazone con dos pizcas de pimienta negra.
Derrita la mantequilla a fuego lento.
Engrasa con ella un molde de un diámetro aproximado de 22-24 cm, coloca en él 5 de las hojas de pasta filo, untando cada una con mantequilla. Deja los extremos sobresaliendo.
Vierta el relleno de tarta en el molde resultante. Coloca las dos hojas de masa restantes, untándolas nuevamente con mantequilla (si no tienes suficiente, puedes derretir más o usar el aceite colado de freír las verduras). Dobla los extremos sobresalientes hacia adentro.
Bate el tercer huevo con una pizca de sal, una cucharada de yogur y una cucharada de aceite.
Extienda o simplemente cubra el pastel salado con esta mezcla.
Hornea en horno precalentado a 180 grados hasta que la tarta esté dorada.
¡Disfrute de su comida!
* Puedes sustituir las patatas por calabacín o al 50/50. Para variar, siempre se puede combinar con otras verduras o agregar embutidos o fiambres.
La tarta salada con pasta filo está lista.