Modo de preparación
Disolver la levadura con una cucharada de azúcar en el agua. Cubrir con un paño y dejar reposar durante 10-12 minutos. Rallar la parte amarilla de la piel del limón con un rallador fino.
Tamizar la harina en un recipiente hondo y espolvorear con el azúcar. Hacer un hueco en el que cascar los huevos, reservando una yema para untar al final. Echar en el pozo la ginebra, la sal, el azúcar de vainilla y la levadura ya leudada.
Comienza a amasar la masa, añadiendo poco a poco la mantequilla derretida hasta su total absorción. Pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10 minutos, añadiendo un poco de harina si es necesario, hasta que deje de pegarse a tus dedos. Formar una bola, engrasarla y dejar reposar en un lugar cálido durante 1 hora.
Dividir la masa en 4 bolas, estirar cada una de ellas hasta formar discos finos y cortarlas en tiras de 1.5 cm a 2. A lo largo de cada tira, colocar trozos de lokum pequeños y enrollar hasta formar una rosa.
Colocar las rosas preparadas sobre papel de horno, a cierta distancia entre sí (necesitarás dos bandejas). Dejar reposar otros 25-30 minutos y luego pincelar con la yema de huevo batida con un poco de agua, miel y unas gotas de aceite.
Hornear hasta que estén doradas (10-15 minutos son suficientes) a 180 grados.
Mientras aún están calientes, espolvorearlas con azúcar glass.
Servir con un vaso de leche o un buen café para empezar bien el día.
¡Buen provecho!