Modo de preparación
Mezclar el azúcar granulada con la mitad del azúcar glass. Tamizar el cacao y el resto del azúcar en polvo en un recipiente aparte.
Echar las claras en otro bol seco junto con una pizca de sal y el zumo de limón.
Bátelos durante unos 4 minutos, inicialmente a velocidad media de la batidora y luego aumentando al máximo (las varillas de la batidora también deben estar perfectamente secas).
Empezar a verter la mezcla de los dos tipos de azúcar cuchara a cuchara sin dejar de batir hasta formar una nieve firme.
Pasar la nieve blanca al bol con el cacao y el resto del azúcar glass y mezclar con una espátula con movimientos suaves de abajo hacia arriba, cubriendo al final. Gracias al cacao la mezcla se licuará muy ligeramente, pero no te preocupes.
Precalentar el horno a 130 grados.
Llenar una manga pastelera de punta redonda con la mezcla y en un molde sobre papel de horno, coloca capas finas de palitos.
Deben estar a cierta distancia el uno del otro. Alíselos por encima con el dorso de una cuchara para aplanarlos más si es necesario.
Colocar la bandeja en el horno ya calentado y reducir inmediatamente a 110 grados. Hornear así durante 1 hora y en cuanto apagues déjalas enfriar dentro sin sacarlas. Obtendrás unas 2-3 bandejas de palitos de merengue y chocolate.
Si no puedes hornear dos bandejas en tu horno al mismo tiempo, haz media tanda y luego repite si lo deseas.
Servir como complemento de cremas, postres o decoración de tartas.
También son fantásticos para comerlos tal cual.
Buen provecho.