Modo de preparación
Calentar la nata a fuego lento y rallar 150 g de chocolate blanco. Agregar la mantequilla, la miel y el licor y mezclar hasta obtener una mezcla homogénea, suave y espesa.
Agregar el colorante y mezclar bien. Puedes hacer que el color sea un rosa suave o un rojo más intenso, como quieras.
Transferir a una pequeña bolsa de plástico o manga pastelera con boquilla fina y refrigerar por 2 horas.
Rallar los 300 g restantes de chocolate y calentar a fuego muy lento hasta que ablande, pero no se licue demasiado.
Úsalo para rellenar moldes de dulces de San Valentín, preferiblemente de silicona.
Colocar en el congelador para que se endurezca durante una o dos horas, según el tamaño.
Retirar los bombones endurecidos de los moldes y decorarlos con la ganache rosa, dibujando corazones, rosas o lo que te sugiera tu imaginación.
Si no estás usando una manga pastelera con una punta especial, pero has llenado la mezcla en una bolsa, corta un poco de la punta y coloca tu decoración de esa manera.
Refrigera los hermosos bombones festivos hasta el momento de servir.
Sorprende a tu pareja con estos bombones de chocolate blanco para San Valentín fáciles pero muy bonitos.