Modo de preparación
Las galletas se trituran o muelen en una licuadora. Luego se les añaden tres cucharadas de mantequilla y se vuelven a mezclar. La masa se transfiere a un molde desmontable pequeño (forrado con papel de hornear) y se presiona con una cuchara para formar una base de galleta.
Esta receta requiere un molde de 16 cm de diámetro, lamentablemente yo no tenía y usé uno más grande. Por ello destacan las capas multicolores de este bizcocho. La base se guarda en el frigorífico para que endurezca.
Las frutas se lavany se colocan en una cacerola pequeña junto con tres cucharadas de azúcar y una cucharada de jugo de limón recién exprimido. Las frutas se calientan al fuego hasta que suelten jugo y el azúcar se derrita. Deben permanecer enteros, no desmoronarse. Por último, añadir 1/3 de la gelatina disuelta al baño maría.
En un bol aparte, mezclar el queso crema, el yogur, tres cucharadas de azúcar y una cucharada de jugo de limón. Se debe obtener una mezcla homogénea y suave. Por último, añadir el resto de la gelatina preparada previamente al baño María.
La mezcla se divide en tres partes. En la primera parte, vierte solo el jugo separado de las frutas, revolviendo para darle color a la crema. En la segunda parte poner solo las frutas y volver a mezclar, y la tercera parte queda blanca.
Sacar el molde con la base enfriada y echar la mezcla más oscura con las frutas. Para que la primera capa endurezca más rápido se coloca el molde en el congelador durante 20 minutos, se saca y se vierte la crema, mezclada únicamente con el jugo de frutas, sobre la capa ya endurecida.
Distribuir uniformemente y volver a meter en el congelador. Una vez cuajada, esparcir el resto de la crema blanca. Meter en el frigorífico y, una vez cuajada, decorar la tarta de queso con fruta fresca.
Solo puse dos capas porque mi molde resultó ser bastante grande y tampoco hubo mucha diferencia en el color. Pero a pesar de todo, resultó ser un postre muy delicioso.
La tarta de queso con moras y frambuesas está lista para servir.