Modo de preparación
Mezclar el bicarbonato de sodio con el vinagre y enseguida echar los dos tipos de harina, el agua, la sal y el aceite.
Amasar una masa suave agregando harina de espelta si es necesario. La masa debe quedar blandita pero no pegajosa.
Con esta cantidad de productos salen 3 panecillos, así que dividir la masa en tres bolas y aplanar cada una. En el centro poner el queso desnatado y cerrar doblando los bordes hacia adentro, hacia el medio. Formar bolas y espolvorear con las especias aromáticas.
Hay dos formas de hornear: en una sartén (como es en mi caso) o en el horno. En el primer caso, engrasar la sartén y poner los panes a fuego moderado, bien tapados. Después de 4 minutos, reducir el fuego casi al mínimo y voltear para cocinar del otro lado por otros 4 minutos.
Repetir una vez más durante 4 minutos, aumentando un poco el fuego al final. Puedes abrir un pan para comprobar si está bien horneado y, si no, repetir el procedimiento de volteo (después de cada uno, la tapa se debe cerrar herméticamente).
La otra opción es meterlos en el horno precalentado a 175 grados sin ventilador durante unos 18-20 minutos o hasta que adquieran un color dorado.
Si lo deseas, puedes poner queso rallado por encima de cada panecillo hacia el final de la cocción. Servir los panecillos calientes y disfrutar de un desayuno saludable.
Como son dietéticos, contienen muy poca sal y el queso bajo en grasa no tiene un sabor fuerte, por lo que las especias aromáticas lo compensan en cierta medida.
Sin embargo, para enriquecer su sabor, sírvelos con un filete de pavo, ensaladas frescas bien condimentadas o verduras.
¡Buen provecho!