Modo de preparación
Horno - 180 grados, luego se reducen en 165 grados;
Molde de tarta bien engrasado y enharinado, 22 cm de diámetro.
Tostamos los piñones en una sartén seca a fuego bajito. Reservamos.
En un bol, mezclamos la ricotta, las pasas, la miel y la vainilla.
Batimos el huevo junto con el aceite de oliva y la piel de limón rallada, luego añadimos los piñones.
Combinamos las dos mezclas.
Agregamos la harina, la sémola y la levadura en polvo en el bol de la batidora, mezclamos y añadimos la miel, la sal y la mantequilla en trocitos. Batimos a velocidad media. Agregamos el huevo batido con el aceite de oliva.
Sacamos la masa, la dividimos en dos partes, una de las cuales es un poco más grande que la otra, servirá para cubrir la tarta. Envolvemos en film transparente y refrigeramos por al menos 4 horas o 1 noche, que es la mejor opción para este pastel de ricotta.
La masa bien fría se extiende con el rodillo sobre una superficie enharinada, formando un disco con un grosor de aproximadamente 3.5-4 mm. Se transfiere al molde y se forma un borde. Luego la masa se pincha con un tenedor y se guarda en el frigorífico durante 15-20 minutos.
Una vez que se ha vuelto a enfriar, se vierte el relleno, se distribuye y se deja nuevamente en el frigorífico.
La masa restante se extiende con el rodillo y se coloca sobre el relleno de ricotta, pellizcando con cuidado las dos masas para sellar. Los restos se recortan y se pueden utilizar para decorar la tarta.
Se pincela con huevo batido y se forma una decoración en líneas diagonales.
Horneamos los primeros 15 minutos a 180 grados, reducimos el calor a 175 grados por otros 15 minutos y finalmente reducimos a 165 grados, hasta que esté completamente horneado o se haya formado una costra dorada y los bordes de la masa se hayan separado ligeramente del molde.
Retiramos del horno y dejamos la torta de ricota en el molde hasta que se enfríe a temperatura ambiente, luego refrigeramos por 2 horas.
Cortamos en trozos y servimos.