Modo de preparación
Extraiga los filetes del bacalao limpio y retire las espinas. Puede cortar cada filete en dos trozos para facilitar la salazón.
Lavar y secar los filetes de pescado.
Mezclar la sal y el azúcar y verter la mitad de la mezcla en un recipiente adecuado. Colocar encima el pescado con la piel hacia abajo y cubrir bien con el resto de sal y azúcar.
Cubra con film transparente o cierre herméticamente el recipiente. Dejar en el frigorífico durante 24 horas. Si los filetes son muy gruesos, puede tardar un poco más.
Lave y seque bien el pescado salado endurecido. Envuélvalo con una gasa y colóquelo sobre una rejilla en el frigorífico con un recipiente debajo, por si suelta liquido. Así debe quedarse de 7 a 10 días mínimo.
Se puede almacenar hasta por dos semanas en la nevera o varios meses en el congelador. El fin de este procedimiento es más que nada conservar el pescado por más tiempo y, además, gracias al salado se vuelve más sabroso.
Antes de cocinar, el bacalao se remoja en agua durante 24 horas, cambiando el agua al menos 2 veces.
De esta forma se desala y se puede cocinar de la misma forma que cocinamos el pescado fresco, pero reduciendo el tiempo de tratamiento térmico. Los platos de pescado que se preparan con él son muy sabrosos.
El bacalao es muy popular y apreciado en Portugal, España, Italia y Francia.
Tradicionalmente, la salazón es el principal método de conservación del pescado, sobre todo lo ha sido en épocas en las que no existían frigoríficos. Entonces secaban los filetes salados en condiciones de viento y sol.
Gracias a la disponibilidad de frigoríficos en la actualidad, este proceso se ha modernizado.
Como ves, es fácil hacer bacalao en salazón casero. De esta forma, además de conservarlo durante más tiempo, también potenciamos el sabor del pescado.
