Modo de preparación
En un bol, ponemos los copos de avena, cubrimos con dos tazas de agua y dejamos reposar durante al menos 10-15 minutos.
Colamos y lavamos la avena bajo el chorro del grifo.
Ponemos los copos remojados en el vaso de la batidora o licuadora y vertemos agua mineral (no toda la cantidad).
Trituramos hasta que quede perfectamente suave.
Agregamos el agua restante y colamos a través de un colador de maya fina.
La leche obtenida se puede endulzar con miel, stevia o sirope de agave.
Vertemos la leche de avena en una botella y guardamos en la nevara. Es recomendable consumirla en el pazo de 2-3 días. Es ideal para tomarla con café o sola, para hacer postres y batidos saludables, etc.
Las leches de frutos secos (o cualquier leche de origen vegetal) son sumamente beneficiosas para la salud. Con la pulpa que se queda en el colador se pueden hacer mascarillas exfoliantes para la cara.
¡Sana y muy agradable al beber, la leche de avena casera es una bebida estupenda, sin nada de conservantes!