Modo de preparación
Separo las claras de las yemas.
Bato las claras con el azúcar a punto de nieve y añado las yemas una a una, mezclando constantemente con la batidora.
Luego añado un poco de harina y mezclo con cuidado con una espátula de repostería.
Por último, añado el aceite.
Vierto en un molde de 24 cm cubierto con papel de horno y horneo a 170 grados hasta que esté dorado. No cocine demasiado, para que el bizcocho no se seque.
Dejo que el bizcocho base para pasteles terminado se enfríe. Se está haciendo grande, así que lo corté en 3.
Echo la nata en un bol y empiezo a montarla con la batidora.
Cuando empiece a espesar, vierto poco a poco la leche condensada y sigo batiendo hasta obtener una crema para rellenar la tarta.
Luego agrego el mascarpone y reduzco la batidora al nivel más bajo.
Mezclo la nata y el mascarpone, queda una bonita crema espesa.
Si te gusta más dulce, puedes añadir azúcar glass al principio cuando montas la nata.
Corté los malvaviscos en 3 partes (a ser posible iguales).
Yo pongo el primero, lo riego bien con jugo/almíbar de compota de melocotón.
Unto con nata y añado trocitos de fresas troceadas.
Repito lo mismo con el segundo, al tercer bizcocho base, solo agrego un poco de almíbar.
Unto toda la tarta con crema de nata.
Las fresas más grandes y bonitas se cortan en mitades y se colocan sobre el pastel.
Hago un poco de gelatina de fresa(comprada, lista para usar en un paquete) de acuerdo con las instrucciones del paquete y la unto bien sobre las fresas para mantenerlas frescas y hermosas.
Luego doy forma y decoro a la tarta de nata con una manga pastelera, haciendo rositas.
¡La tarta de nata con fresas y mascarpone es muy sabrosa y fresca!