Modo de preparación
Esta receta de mejillones es típica de la región de Castilla y León, o más precisamente de la ciudad de Zamora.
Como regla general, la salsa debe ser picante, pero aquellos que no les gusta pueden reducir la cantidad de guindillas si no son fanáticos del picante.
Primero, limpie los mejillones de los bigotes y enjuáguelos bien. Deseche los mariscos rotos y dañados.
Caliente el aceite de oliva a fuego bajo/moderado y sofríe brevemente los dientes de ajo laminados y la cayena pequeña seca.
Agregue la cebolla picada, aumente el fuego y cocine por 15 minutos o hasta que estén suave y ligeramente caramelizada.
Mientras tanto, ponga los mejillones en una olla profunda con el vino blanco (quizás un poco de jugo de limón también)
Tape y agite suavemente dos o tres veces durante 3-4 minutos o hasta que todos los mejillones se hayan abierto.
Colar y reservar 300 ml del caldo líquido que se ha formado.
Verter la harina, el pimentón picante y la pimienta negra en el bol con la cebolla ya reblandecida y lista. Freír brevemente y verter el caldo de mejillones.
Revuelva durante 5 minutos hasta que espese, y si desea diluir, vierta más caldo.
Haga puré la salsa hasta que quede perfectamente suave. Puedes quitarle la pimienta de cayena de antemano.
Sirva los mejillones con la deliciosa salsa y una pizca de perejil seco o fresco.
No olvides acompañar este manjar con una copa de vino blanco bien frío.
¡Un suntuoso aperitivo con sabor a verano y buen humor son estos mejillones zamoranos!