Modo de preparación
Pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en rodajas de 3 mm de grosor. Las puse en una fuente de horno de 30x22 cm, las salpimenté y les eché el aceite por encima.
Revolví, agregué 3 cucharadas de agua /no más/ y las puse a cocer en un horno precalentado a 190°C durante unos 30 minutos.
A los 30 minutos no debe haber líquido en la sartén y las patatas deben estar completamente blandas.
En un recipiente, mezclé bien los huevos, un poco de sal y la leche. Los vertí sobre las patatas, los revolví un poco y los puse de nuevo en el horno por otros 15 minutos más o menos, o hasta que la mezcla se hubo endurecido.
Luego espolvoreé con queso rallado y horneé hasta que tuviera un dorado apetitoso. Vertí la mantequilla derretida por encima del gratinado terminado de hornear.
Después de 1-2 minutos, lo espolvoreé con las hojas de perejil finamente picadas y serví el gratinado de patatas caliente.
¡Buen provecho!
Cuando vierta el líquido, parecerá mucho, pero se espesa a medida que se hornea.
El tiempo de cocción de la cazuela de patatas también depende de las patatas mismas. Uso unas /compradas a un pequeño productor/, que se vuelven como mantequilla. No recomiendo los mitones franceses que se venden a menudo. Si son de un huerto casero, mejor.