Modo de preparación
Prepara un recipiente grande con agua y exprime medio limón dentro.
Limpie las alcachofas de las varias capas de hojas duras exteriores, acorte los tallos a 4-5 cm y pélelos de la capa exterior de color verde más oscuro. Pelar también las partes cortadas de los tallos y ponerlos en el agua de limón, junto con las alcachofas enteras.
Saca las verduras una a una y hazle un hueco por dentro, luego vuelve a sumergirlas en el agua para que no se oscurezcan demasiado. Si la alcachofa está muy apretada, utilice un cuchillo ancho, clavándolo profundamente y retorciendo varias veces.
Pica finamente el interior raspado, los tallos cortados y 1 diente de ajo. Espolvorearlos con sal, 20 ml de aceite de oliva y dos cucharadas de jugo recién exprimido de la mitad restante del limón. Añada el perejil fresco y la menta y mezcle.
Rellena las alcachofas con este relleno y ponlas en una cazuela estrecha y alta en la que previamente vertiste el aceite de oliva restante. La alcachofa debe quedar con los tallos hacia arriba y el corte con el relleno por debajo.
Ponga el segundo diente de ajo cortado en la olla y lleve a fuego moderado durante dos minutos. Así le darás sabor al aceite de oliva.
Vierta el vino y el caldo y cubra con una hoja húmeda de papel pergamino. Cocine así durante 20-30 minutos, dependiendo del tamaño de la alcachofa.
El líquido no debe cubrir la verdura, así que si es necesario, no agregues todo el vino y el caldo.
Para un sabor aún más delicado, puede cocinar al vapor, usando la misma proporción caldo/vino para líquido.
Al final de la cocción, el líquido reducido sirve como salsa.
Sirve la alcachofa a la romana con limón y vino blanco, colocándola en la misma posición, vertical y espolvoreada con la salsa. Si lo desea, puede colocar una rebanada de pan tostado debajo.
¡Buen provecho!