Modo de preparación
Amase una masa quebrada estándar de los productos mencionados en la receta.
Extiéndala entre dos capas de papel de horno y colóquela en un molde para tarta de tamaño estándar de 27.5 cm La masa debe adherirse bien al fondo y a los lados del molde.
La otra opción es extenderla directamente en el molde con las manos.
Perfore la masa con un tenedor y déjela en el refrigerador, tiempo durante el cual caliente el horno a 180 grados.
Hornear durante unos 12-15 minutos o hasta que esté ligeramente dorada. Vigílela, y si nota que a pesar de pincharlo con un tenedor, todavía sube en algunos lugares, tóquelo de inmediato una vez más para que baje.
Deje que la masa horneada se enfríe y comience hacer la crema.
Calienta la nata con el azúcar y la vaina de vainilla partida en dos. Cuando empiece a hervir, retira del fuego y deja enfriar durante 1 hora.
Bate las yemas al baño maría a 70 grados. Vierta la nata en ellos y revuelva durante unos 10 minutos, aumentando un poco la temperatura.
Las crema debe espesarse, pero permanecer más líquida que las natillas normales con maicena. No te preocupes por eso, porque solidificará más tarde al enfriarse.
Retire la crème brûlée del baño de agua y revuelva ocasionalmente durante unos minutos hasta que se enfríe un poco. El objetivo es no calentar demasiado la base para que no se ablande.
Vierta la crema y deje enfriar, luego refrigere la tarta por un mínimo de 3 horas.
Antes de servir esta magnífica tarta de crème brûlée, espolvorea con azúcar y caramelízala con un soplete de cocina.
Tuve un pequeño accidente y a la mitad de caramelizar se me apagó el quemador porque se quedó sin gas. Si esto te sucede alguna vez, la salida es hornear al grill o con calor de arriba, 230 grados en un horno precalentado. La rejilla debe ser alta.
En este caso, los bordes de la masa pueden dorarse más de lo necesario, pero obtendrá el bronceado de caramelo deseado del azúcar derretida.
¡Buen provecho!