Modo de preparación
Corta 1/4 de la calabaza en cubos pequeños y fríela hasta que esté tierna en aceite de oliva y mantequilla. Retire los cubitos con una espumadera y reserve.
Pon a cocer la calabaza restante en el caldo durante 20 minutos y triture hasta obtener un puré relativamente ligero.
Sazone con sal, cúrcuma y pimienta y déjel en la temperatura más baja para mantener el calor.
En la misma grasa de freír la calabaza, saltee la cebolla hasta que se ablande y adquiera un color caramelo claro. Ponga el ajo rallado y el arroz. Sofríe brevemente y vierta el vino.
Cocine hasta que se evapore, ponga los tomates secos, cortados en trozos y comience a agregar el caldo de calabaza y puré mezclados en porciones.
Hasta que el arroz haya absorbido una porción, no ponga la siguiente. Todo esto se hace removiendo constantemente para facilitar la separación del almidón y conseguir una textura cremosa.
Que necesites más o menos caldo dependerá de la calidad del arroz que utilices. Pruebe los granos y si están un poco firmes pero todavía tiernos, el plato está listo. No esperes a que el arroz se hinche demasiado.
Deje reposar el plato durante 5-8 minutos y durante este tiempo tueste las pipas de calabaza en una sartén seca. Ralla el parmesano en finas láminas.
Sirva el risotto con los trozos de calabaza reservados anteriormente y las pepitas y espolvorea con el parmesano.
El risotto de calabaza y tomates secos ya está listo.
¡Disfrute de su comida!