Modo de preparación
Amasar una masa suave con los productos indicados para los panecillos. Tiene más grasa a propósito para que queden panecillos muy sabrosos y blanditos.
Formar 6-7 bolas del mismo tamaño y colocarlas en una bandeja forrada con papel de horno dejando espacio entre cada una. Dejar reposar unos 40 minutos para que dupliquen o tripliquen su volumen.
Hornear a 200 ºC en horno precalentado hasta que estén doradas (20 minutos).
Mientras tanto, calentar una olla con agua a fuego alto. Cuando hierva, blanquear los hígados durante 5-6 minutos, retirarlos y cortar cada uno por la mitad, quitando las venas.
El interior de los hígados todavía está rosado, pero luego se cocinará con las verduras. La parte de escaldado se puede omitir, pero los deja más suaves y a mí personalmente me gustan mucho así.
Cortar la cebolla en medias lunas finas, la zanahoria en rodajas finas y los pimientos en tiras pequeñas.
Freír las verduras en el aceite, luego añadir poco a poco los tomates, el ajo, el pimentón, la sal y un poco de agua para que se ablande todo. Cuando el agua se evapore por completo, poner a sofreír también los hígados.
Vierta el vino, agregue las especias y más sal si es necesario. Cocine hasta que el líquido se haya evaporado, y si necesita más cocción y los hígados no están cocidos, agregue más vino o agua hasta que estén completamente cocidos.
Finalmente, espolvorea con perejil picado.
Cortar tapas en la parte superior de los panes horneados y casi enfriados. Ahuecar parte del centro del pan y untar un poco de queso rallado en el fondo.
Rellenar bien con el relleno de hígado (no debe quedar demasiada salsa para que no se empape el pan). Cubra con más queso y hornee el pan relleno hasta que el queso se derrita y esté ligeramente dorado.
Sirva los bollos rellenos calientes.
¡Buen provecho con los magníficos panecillos rellenos con higaditos de pollo!
*El centro ahuecado del pan lo puedes comer con la salsa de los hígados o si te sobra.
También puedes secarlo y hacer pan rallado casero.
