Modo de preparación
Mezclar 75 g de harina con la misma cantidad de agua y los 15 g de levadura fresca triturados. Cuando consigas una papilla homogénea, mete en el frigorífico durante la noche en un recipiente bien cerrado.
Retirar la masa madre a temperatura ambiente 30 minutos antes de empezar a hacer el pan de frutos secos.
Tamizar ambos tipos de harina para la masa y hacer un hueco en el medio. Echar en él el agua y el aceite de oliva ligeramente calentados y los 5 gramos de levadura. Agregar la masa madre de la noche anterior y amasar hasta obtener una masa suave.
Dejarla reposar durante 1 hora. Si la habitación hace mucho calor, 30-40 minutos son suficientes.
Amasar nuevamente la masa leudada con las manos engrasadas, agregando también la sal y los frutos secos. Lo mejor es picar la mezcla de nueces y extender/aplanar la masa, espolvorear, doblar y repetir hasta terminar. Formar un pan redondo y colocarlo en una bandeja adecuada forrada con papel de horno o engrasada. El diámetro es de 22-24 cm.
Realizar dos o tres cortes a una profundidad de 0.5 cm en la superficie de la masa.
Dejar leudar nuevamente durante aproximadamente una hora o hasta que duplique su tamaño. Lo metí en una caja para tartas que es bastante grande y además de tener espacio queda bien sellada y fuera del alcance de las corrientes de aire. Si no tienes una, cubre la bandeja con un paño limpio.
Hornear el pan de frutos secos casero a 200 grados en el horno precalentado durante 35-40 minutos o hasta que el pan emita un sonido hueco al golpear la corteza.
Dejar enfriar sobre una rejilla y luego cortar el magnífico pan en tu mesa.
¡Disfrute de su comida!