Modo de preparación
Horno 160 grados; 8 moldes de flan.
200 gramos de la cantidad total de azúcar se reservan para hacer caramelo.
En una cacerola de fondo grueso ponemos el azúcar con un poco de agua lo suficiente para hunmedecerlo. Ponemos a fuego moderado para que se caramelice. Esto llevará tiempo hasta que el agua se avapore por completo y el azúcar adquiera un color dorado claro. Una vez listo, retiramos el caramelo del fuego e inmeditamante lo repartimos en los moldes. Reservamos.
En un bol con unas varillas batimos todos los huevos y añadimos el resto del azúcar y las semillas de la vaina de vainilla. Batimos hasta que estén bien mezclados. Calentamos la leche junto con la vaina picada en trozos y añadimos en porciones a los huevos, revolviendo constantemente para que no se cuaje.
Colamos por un colador y distribuimos en los moldes. Disponemos los flanes en una fuente y horneamos al baño maría (el agua debe llegar en un dedo por debajo del nivel de los moldes).
Horneamos el flan a 160 grados durante exactamente 40 minutos. Retiramos del horno y sacamos los moldes. Luego los dejamos enfriar en el frigorífico durante al menos 2 días.
Al servir, presionamos ligeramente los bordes del molde con los dedos para soltar el flan y darle la vuelta en en plato de postre adecuado.
Adjunto una imagen de un clásico flan francés ya horneado a exactamente 160 grados durante exactamente 40 minutos y servido en un plato. Efectivamente es como vidrio, no es tan denso, se ven las semillas de vainilla y no tiene ni una sola burbuja.
Sólo muestro esta receta por interés en hacer un frán francés clásico. Eso sí, los ingredientes son parecidos al flan normal que yo preparo, pero lo interesante es que nunca antes había separado los huevos en yemas y huevos enteros y siempre los he batido hasta que queden blancos.
Antes preparaba el flan al baño maría y agregando cubitos de hielo en el agua para evitar que hierva, pero aquí en esta receta es al revés. Lo que más me imresionó es hornear exactamente a 160 grados durante 40 minutos, ni más ni menos.
Debe parecer de cristal, sin burbujas. Incluso en un restaurante en Francia no sirven un flan con burbujas, lo tiran (a mi personalmente las burbujas no me molestan).
Se sirve siempre uno o dos días después de permanecer en el frigorífico. Hornee en moldes de acero para flan.
Hay que destacar las semillas negras de la vaina de vainilla, esto es un indicio de vainilla natural, muy valorada por los chefs franceses.
