Solomillo de cerdo Wellington

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MasterChef
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Yordanka Kovacheva
Traducido por
Yordanka Kovacheva
Solomillo de cerdo Wellington
Foto: marcheva14
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Preparación
60 min.
Cocción
30 min.
Total
90 min.
Raciones
6
"El famoso Wellington y una receta detallada ponga a prueba sus habilidades culinarias"

Ingredientes

  • solomillo de cerdo - alrededor de 1/2 kilo
  • champiñones - 400 g
  • ajo - 1 diente
  • foie grass - 150 g, higado de oca o pato (es opcional)
  • sal
  • pimienta negra - recién molida
  • tomillo
  • mostaza de dijon
  • aove
  • prosciutto - 10 lonchas (o jamón)
  • hojaldre - 1 hja fina
  • GUARNICIÓN
  • patatas - 1.5 kg
  • mantequilla - 250 g
  • leche - 50 ml, caliente
  • nuez moscada
  • sal
*medidas y cantidades

Modo de preparación

Limpiamos el solomillo de partes blancas con la ayuda de un cuchillo bien afilado. Secamos bien con papel de cocina.

Colocamos la pieza de carne sobre una tabla de madera grande, salpimentamos y frotamos bien con las manos.

Calentamos alrededor de 4 cdas de AOVE en una sartén (que no tenga el fondo muy grieso para que se pueda dorar bien el solomillo).

Ponemos la carne en la sartén y sellamos por ambos lados (2-3 minutos por cada lado). También sellamos los dos extremos por unos 30-40 segundos. Retiramos del horno y untamos generosamente con mostaza. Reservamos.

Trituramos los champiñones con una o dos pizcas de sal y el diente de ajo. Agregamos el tomillo y mezclamos bien.

Transferimos la mezcla a la sartén de sellar el solomillo donde hay aceite. Cocinamos durante 6-8 minutos a fuego medio revolviendo periódicamente. Luego agregamos el foie picadito y removemos un ratito más. Dejamos enfriar brevemente.

Extendemos un trozo de papel aluminio y dispoemos las lonchas de jamón o prosciutto superponiéndolas ligeramnete. Distribuimos encima la pasta de champiñones y foie. Salpimentamos y colocamos el solomillo en el medio. Enrollamos formando un rollo salado bien apretado.

Colocamos otro trozo de papel aluminio encima y sellamos bien. Guardamos en el congelador durante unos 40 minutos. El objetivo no es que se congele, sino que quede bien apretado.

Pasados los minutos, sacamos del congelador, retiramos el papel de aluminio y lo pasamos a una fina lámina de hojaldre. Enrollamos en un rollo apretado, sellando bien los extremos para que no queden huecos. Enrollamos en papel de hornear como si fuera un caramelo. Guardamos esta vez en el frigorífico durante 20 minutos.

Pasados los minutos, sacamos nuestro rollo de hojaldre, lo pinchamos con un palillo sin llegar a la carne para que no se forme condensación y para que se sulete el vapor durante el horneado.

Untamos con yema de hievo usando un pincel y en la parte superior dibujamos la línea característica de solomillo Wellington usando un cuchillo afilado (una línea recta en el medio y líneas ovaladas en los lados). Tambien podemos hacer cortes con formas a nuestro gusto. Transferimos a una bandeja de horno junto con el papel.

Horneamos a 200 grados durante unos 30 minutos y luego reducimos a 180 grados y termiinamos de hornear por otros 10 minutos.

Retiramos el Wellington preparado, lo dejamos reposar brevemente y cortamos en rodajas.

Normalmente se sirve con puré de patatas:

Para ello, pelamos las patatas y las cortamos en trozos medianos. Cubrimos con agua u ponemos una o dos pizcas de sal. Cocinamos hasta que se ablanden por completo, luego los sacamos con una espumadera y tranferimos al vaso de la batidora o prensamos con prensa de patatas. Mientras batimos, vamos agregando la mantequilla en trocitos.

Una vez que se haya absorbido por completo, echamos la leche y mezclamos bien. El puré debe quedar más espeso, no blando. Finalmente sazonamos con sal y nuez moscada.

Al servir, espolvoreamos con perejil fresco picado.

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Os ofrezco una receta fácil y rápida de solomillo de cerdo Wellington, muy adecuada para las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Es un clásico preparar esta receta con solomillo de ternera, pero a veces es difícil encontrar uno que cumpla con las expectativas, no quede seco, sea fresco, jugoso y tenga un sabor perfecto. Misión casi imposible, así que decidí de hacer un solomillo de cerdo Wellington. Para los que os gusten los clásicos, no os enfadéis.

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