Modo de preparación
Hago esta salsa de chile casera todos los veranos y la tengo para todo el año. Fácil, económica y muy picante.
Para la receta utilizo pequeños pimientos de Cayena de mi jardín, que previamente seco en una bandeja con papel de arroz en un lugar fresco y a la sombra, para que conserven su color por más tiempo.
Limpio los tallos de los chiles previamente secos, los mezclo con aceite de oliva y sal marina gruesa en un frasco de vidrio con tapa y mezclo intensamente. Tenga en cuenta que la sal marina no se disolverá completamente en el aceite de oliva. Si lo deseas, puedes agregar aceite de pescado al gusto, le da un aroma a pescado muy agradable y aporta sabor a la salsa.
Guardo la mezcla en el frigorífico y al cabo de unos días los chiles han liberado su aroma y sabor picante en el aceite de oliva. Es bueno revolverlos de vez en cuando para acelerar el proceso.
Se conserva en el frigorífico y no se echa a perder durante un año entero o más (hasta ahora no se ha echado a perder ni ha cambiado su sabor), solo su sabor se vuelve más rico e intenso. Cuando termines, puedes agregar más aceite de oliva para conservarlo por más tiempo.
Antes de usar este aceite picante, sacarlo durante 5 minutos a temperatura ambiente, porque con el frío del frigorífico el aceite de oliva se congela ligeramente y se endurece.
Es apto para condimentar platos con todo tipo de carnes, para platos vegetarianos, para salsas, para sopas, pastas, pescados, incluso untado sobre tostadas queda muy delicioso.
La salsa de chile casera con aceite de oliva está lista.